El cumplimiento de la normativa sobre salud y seguridad en el trabajo implica que los empleadores han de proteger esos dos elementos en el ámbito laboral, así como el bienestar de todos los empleados. Ese deber también beneficiará a otras personas que visitan el lugar de trabajo, como trabajadores temporales, trabajadores ocasionales, trabajadores por cuenta propia o clientes.
No obstante, sería recomendable que aquellas empresas que deseen ir un poco más lejos en la mejora de la salud y la seguridad en el lugar de trabajo tuvieran en cuenta estos pasos:
1. Crear un plan
En él se incluirá una lista con las normas que afectan a los empleados, para que estos sepan qué hacer en cualquier circunstancia. El plan abordará las respuestas adecuadas para ellos, si llegan a encontrarse con condiciones de trabajo inseguras.
En España, por ejemplo, el marco jurídico de este tipo de regulación lo ofrece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, mientras que en México hablaríamos del Reglamento Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo.
2. Inspeccionar el lugar de trabajo
Se hará con el objetivo de identificar materiales peligrosos (sólidos, líquidos o gases) que puedan ser perjudiciales para los empleados. Los elementos que no formen parte de la actividad de la empresa deberían eliminarse de inmediato. Es básico también asegurarse de que cajas y contenedores están correctamente apilados, dejando los más pesados en la base, al tiempo que los materiales peligrosos se alejan de las zonas de trabajo.
3. Formar a los empleados
A menudo sucede durante el proceso de onboarding, pero puede realizarse periódicamente, incluso por imperativo legal en algunos países. La idea es poner en marcha programas de capacitación relevantes que permitan a los empleados conocer todo lo que necesitan para mantenerse seguros en el lugar de trabajo.
Se trata, por tanto, de abordar los riesgos que pueden darse, revisar las reglas de la empresa que protegen a los empleados e informarles de sus propios derechos laborales.
4. Estar al tanto de lo que ocurre en la empresa
Incluso los lugares de trabajo bien regulados, pueden aparecer nuevos problemas que. En interés de ambas partes, lo más indicado es abordarlos lo antes posible. Por ejemplo, al introducir una nueva tecnología o maquinaria en una empresa, sería conveniente organizar algún tipo de formación que ayude a los empleados a utilizarla. Igualmente, habría que comunicar cualquier cambio o revisión en las reglas de seguridad o en cualquier de los protocolos que afecte a todo el personal. La transparencia es vital en estos casos.
5. Guardar registro de cualquier incidente
Aunque una empresa se esfuerce por mantener el lugar de trabajo lo más seguro posible, no es descartable que ocurran accidentes. Lo recomendable es que toda la información se anote y se archive convenientemente, solo así se podrá evitar que vuelva a suceder. A su vez, los empleados tienen el deber de informar a sus gerentes de cualquier incidente en el lugar de trabajo. Si es necesario, podrían convocarse reuniones para abordar inquietudes sobre cómo evitar que otros empleados experimenten incidentes similares. Todas las partes, al fin y al cabo, son responsables de mantener las condiciones ideales de trabajo.
6. Enfatizar la necesidad de seguir la normativa
La rotación del personal en un lugar de trabajo es común, eso no es óbice para que la empresa mantenga su consistencia formativa con cada uno de sus trabajadores. Puede crear, para ello, un programa formativo disponible para los nuevos empleados, que incluya ejemplos y ejercicios, y que asegure que toda la plantilla conoce la misma normativa y procedimientos.
7. Mantenerse al día
Las tecnologías emergentes y las tendencias del mercado pueden afectar a todas las empresas, directa o indirectamente. Conocer bien el contexto no solo económico, sino también social y laboral, puede ayudar a evitar incidentes no deseados en una compañía. Saber lo que pasa a nuestro alrededor es, en definitiva, una forma de gestionar el riesgo y hacer una empresa más segura, gracias a que se pueden llegar a adelantar eventos perjudiciales para la misma.
En conclusión, un lugar de trabajo sano y seguro es rentable, y ello implica que todos sus miembros conocen las normas y su entorno lo suficiente.