La Universidad Estatal de Arizona (Arizona State University, ASU) ha puesto en marcha una iniciativa para la utilización de juegos y simuladores en la enseñanza de Ciencias Ambientales. Con el objetivo de impulsar la participación de los alumnos, el centro ha apostado por cursos de game-based learning.
La decisión de esta universidad norteamericana de implementar programas de gamificación da respuesta a las exigencias de nuevas formas de aprendizaje. El game-based learning llama desde hace tiempo a las puertas de la formación de todo el mundo no sólo en los colegios y universidades, sino también en empresas e instituciones.
A la cabeza de este proyecto de la Universidad de Arizona está Tahnja Wilson, quien asegura que las propiedades “interactivas” de esta formación serán un gran “complemento” durante el curso. Los estudiantes de Arizona adoptarán en esos serious games varios roles de liderazgo “con creciente responsabilidad, para ayudar a una comunidad a desafiar los temas ambientales y de sostenibilidad”. Entre las características interactivas de estos simuladores se incluye la posibilidad de descargar los objetos digitales de aprendizaje, tomar notas y responder preguntas.
Esta iniciativa permitirá a los alumnos evaluar los efectos de sus decisiones sobre el medio ambiente. Gracias al simulador se plantean problemáticas de la vida real para resolverlas sin riesgo. Al finalizar cada módulo, tanto estudiantes como profesores contarán con instrumentos para medir la calidad del aprendizaje de los participantes, en función de cómo han impactado sus actos durante el juego sobre la sostenibilidad ambiental, económica y social.
Este proyecto delata lo inevitable: la formación gamificada irá en aumento con el paso de los años. Cuando estos estudiantes que ahora aprenden con juegos se incorporen al mundo laboral en unos años, demandarán programas game-based learning y serious games para el desarrollo de sus habilidades.
No es algo ante lo que se pueda cerrar los ojos, es la tendencia del futuro que tarde o temprano será una realidad no sólo en centros universitarios, sino también en el mundo empresarial. Afortunadamente, no sólo la Universidad de Arizona ha demostrado su compromiso de dar oportunidad a la innovación, también muchos negocios han abierto ya sus puertas a la utilización de simuladores y serious games para la formación corporativa.
Compañías como L’Oreal, IBM ó Gamelearn han puesto de manifiesto el poder de la gamificación para el desarrollo personal y profesional de empleados y directivos, así como para la medición de sus resultados de aprendizaje. En Estados Unidos se han premiado recientemente las 100 mejores empresas de Elearning, tanto del sector público como privado, por haber puesto en marcha proyectos innovadores de formación. Entre los elegidos se encontraba la Agencia Tributaria de California, por haber implementado el curso-videojuego de negociación, Navieros, por segundo año consecutivo.