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El game-based learning es más exitoso cuando forma parte de la cultura corporativa

Durante el último Gamelearn Annual Event celebrado en Ciudad de México, los asistentes tuvieron la oportunidad de escuchar la experiencia de los responsables de recursos humanos y de formación de relevantes empresas mexicanas, como GNP Seguros, MANE, Sukarne o la Universidad del Valle de México (UVM), sobre el uso de los videojuegos para la capacitación corporativa.

Todas ellas coincidieron en citar la importancia de integrar el game-based learning en la cultura de empresa. En otras palabras, cuando se adapta la estrategia de desarrollo de los empleados a los objetivos perseguidos con dicha metodología formativa, su adopción será más natural y fluida.

Ciudad de México Gamelearn Annual Event 2019

La responsable de formación de la UVM, Marisol Gallardo, incidió durante el evento en cómo el serious game que ellos seleccionaron ha llegado a formar parte de la cultura de la organización. Muchos empleados ya reconocen los efectos de sonido asociados a las recompensas o a las penalizaciones en el videojuego y los utilizan en otros contextos. Se ha llegado a crear comunidad en torno a él.

Para Juan Hernán, gerente de capacitación en GNP, la clave está, por tanto, en alinear la estrategia de implementación del juego con la de recursos humanos. De esta manera, la entrada de este tipo de formación en la empresa será más suave y orgánica. Los empleados comprobarán, además, que aprender resulta divertido y, aparte de eso, se pueden lograr sinergias que implican a toda la compañía.

La clave del éxito: el engagement

La metodología del game-based learning y los elementos de ludificación generan un inmediato enganche en el destinatario de la formación. Le retienen y este acaba siendo activo en la demanda de más contenidos formativos con el mismo formato. Esta es la experiencia de Eduardo Curiel, gerente de la universidad de Sukarne, empresa líder en producción cárnica a nivel internacional. Él ha podido confirmar que, gracias al game-based learning, pueden ofrecer programas de capacitación en línea de en torno a ocho horas y conseguir que se completen en su mayoría.

“Nos aseguramos de que la narrativa, el contenido didáctico y la aplicabilidad de los videojuegos estuvieran alineados con la cultura corporativa y, a partir de ahí, la decisión fue fácil”, explica Eduardo cuando se refiere al proceso de selección de su catálogo formativo.

Sin motivación, no hay enganche

La base del engagement se encuentra, sin duda, en la motivación, es decir, en lo que mueve a la acción. En este sentido, no hay nada como la competitividad sana que genera el juego. El sistema de rankings hace que los empleados se impliquen mucho más y, por otro lado, ofrece al área de recursos humanos más visibilidad y relevancia entre los miembros de la empresa, sea cual sea el estadio en el que se encuentran.

Para Marisol Gallardo, Directora de Capacitación y Desarrollo Comercial de UVM, el hecho de experimentar el game-based learning desde el equipo de formación es vital para que los primeros actores motivadores sean ellos. Logran así estar tan implicados como los propios empleados y sus comunicaciones se basan en la experiencia propia, lo que siempre dota a sus mensajes de mayor credibilidad.

En busca del autodesarrollo

Para MANE, la implementación del game-based learning en la estrategia formativa de la compañía fue un cambio cultural en sí mismo. Y eso era en realidad lo que pretendían: un cambio en la cultura organizacional, hacia un modelo de autogestión de los empleados. Se consiguió implicar a todos los empleados y estos pasaron de mostrar cierta resistencia inicial a solicitar más acciones de capacitación. Para el departamento de Recursos Humanos se construye, gracias a esto, una nueva imagen como proveedores de diversión y promotores del desarrollo profesional de cara a los empleados.

En esa línea también se posiciona Juan Hernán, de GNP. A partir del game-based learning, además de los valores de la empresa, se impulsa el autodesarrollo de los empleados. Cuando los colaboradores comprueban que la formación les ayuda profesionalmente e incluso en su vida personal y, además, se convence al equipo directivo de que eso es muy positivo para la compañía, entonces el resultado es impresionante.

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